domingo, 31 de enero de 2010

Porque te quiero te aporreo


Cuando se casó con Sofía Andreyevna Behrs ('Sonia') en 1862, León Tolstoy tenía 34 años y venía de una relación sentimental con una sierva que vivía en sus tierras, una mujer casada que le había dado un hijo. Sonia, por su parte, tenía 18 años y había sido criada, como todas las muchachas de su clase y su tiempo, en un ambiente de protección e inocencia. Deseoso de comenzar su matrimonio en pie de total sinceridad, Tolstoy (al igual que uno de sus personajes en 'Ana Karenina') tuvo la desatinada idea de darle a leer sus diarios a su futura esposa. El golpe para Sonia fue tremendo: aquellas páginas relataban sin tapujos la vida sexual del hombre con el que en un par de días se estaría casando, y --quizá más terrible-- sus sentimientos por otras mujeres.

Sonia nunca se recuperó de sus celos de Axinia, la campesina de la que León había estado tan enamorado que, medio siglo después de aquel romance, seguía recordándola con ternura. Y si la voz de Axinia, que era probablemente analfabeta, no nos ha llegado (como tampoco su rostro), Sonia Tolstoy sí se hizo oír, a través de sus escritos, a lo largo de muchos años. Los diarios de León y Sonia, escritos a veces como catarsis privada, y a veces para ser leídos por el otro, son la crónica fiel de esta relación donde el amor y el odio pugnaron por la primacía durante 48 años. El libro de William Shirer 'Love and Hatred: The Stormy Marriage of Leo and Sonya Tolstoy' cita abundantemente estos documentos, así como las cartas de los esposos, sus hijos y otros protagonistas, para seguirlos a través de su largo periplo.

Los celos no eran el único problema. Hacia la mitad de su vida, Tolstoy sufrió una profunda crisis moral y religiosa, a raíz de la cual decidió 'liberar' sus obras al dominio público y pasar a llevar una vida mucho más austera. Comprensiblemente, Sonia se oponía a la pérdida de la principal fuente de ingresos de la familia (tuvieron 13 hijos en total) y al cambio forzoso que la nueva moral de Tolstoy le imponía a todos sus allegados. La cosa se complicó con la llegada de Vladimir Chertkov, un 'discípulo' de Tolstoy que llegó a ejercer una influencia verdaderamente siniestra sobre el escritor y no cejaba en sus intentos por apartarlo de su esposa.


El final de la historia es conocido: llegada la relación a un punto crítico, con peleas constantes, amenazas de suicidio y recriminaciones violentas, Tolstoy, 'manijeado' por una de sus hijas y el venenoso Chertkov, huye de su casa y de su mujer en medio de la noche. Algunos días después, muere en la remota estación de tren de Astapovo, a consecuencia de una neumonía atrapada en un vagón insalubre. A la pobre Sonia no se le permitió ver a su marido hasta que éste ya estaba inconsciente.

Este año se cumplen 100 años de la muerte de Tolstoy. Buena ocasión para leerlo o releerlo, y también para conocer la historia de su complicado matrimonio con una mujer inteligente y voluntariosa.

2 comentarios:

S. C. P. dijo...

Hola, Laura.
Esta herramienta es fantástica y tú sabes usarla. Es un gusto leerte.

Saludos


silvia

Laura dijo...

¡Gracias, Silvia!